Diciembre Negro
_Uno de los peores diciembres de la historia, 13 mujeres asesinadas. El número de mujeres asesinadas por violencia de género asciende a 48 en 2022 y a 1.181 desde 2003.
En algunos casos ya existían denuncias previas, o llamadas al 016. A veces se sigue responsabilizando a las mujeres, porque no actuaron antes, porque no denunciaron o porque quitaron la denuncia.
Las instituciones garantes de protección y la sociedad en general debemos incorporar o entender que lo ocurrido este mes de diciembre, no son hechos aislados, que ya existen datos desde hace mas de 20 años, la violencia machista es estructural, una estructura patriarcal que oprime a las mujeres. Negar la violencia de género también es violencia._
Se necesita educación, no solo desde el ámbito educativo, en todos los ámbitos. Necesitamos educación en buen trato, en relaciones respetuosas, empáticas e igualitarias, una educación afectiva y sexual de calidad porque todo lo que no es buen trato es maltrato.
La sociedad general tiene la obligación de acompañar, denunciar e incorporar que la violencia si tiene género y que debemos replantearnos como sociedad lo que está ocurriendo. Como sociedad tenemos el deber de alertar, informar y denunciar. La violencia de género es un asunto público y un deber ciudadano que puede salvar vidas. En períodos vacacionales cuando el riesgo de sufrirla aumenta debemos estar alerta.
El pasado 28 de diciembre la Delegación de Gobierno Contra la Violencia de Género convocaban el comité de crisis para analizar los casos y posibles mejoras. Todos los días son 25N, no podemos bajar la guardia, tenemos que estar alerta y seguir difundiendo, alertando, compartiendo recursos y trasmitiendo que no están solas.
Como profesión, el Trabajo Social tiene el firme compromiso de seguir trabajando sin descanso frente a las violencias machistas, trabajando en la prevención, en el acompañamiento y denuncia y sirviendo de altavoz para las que no la tienen. Es necesario seguir trabajando con la ciudadanía como elemento fundamental en la protección de las mujeres, en el sentido más amplio de la palabra, fomentando el apoyo y compromiso de ésta, ante la detección de cualquier signo de que una mujer y sus hijas e hijos puedan estar sufriendo violencia.
El Trabajo Social puede y debe aportar todo su potencial en aras de construir una sociedad igualitaria y justa, precisamente, la esencia de todo feminismo. Intervenir implica transformar, y de ahí la necesidad de incorporar el enfoque de género en el marco de la intervención social, para analizar y comprender el sistema sexo-género. Es por tanto un objetivo y una obligación, que el Trabajo Social ponga en valor su compromiso y conocimiento para aplicar el principio de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres.
Reclamamos a las instituciones que protejan a las mujeres debemos dar una respuesta integral frente a todas las manifestaciones de la violencia machista
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