Día Mundial de las Personas Refugiadas: el Trabajo Social en defensa de los derechos, la dignidad y la paz.

Más de 123 millones de personas en todo el mundo viven hoy en situación de desplazamiento forzoso, una cifra histórica que pone de manifiesto no solo la magnitud de las crisis humanitarias actuales, sino también la necesidad urgente de respuestas globales basadas en la solidaridad, la protección internacional y el respeto a los derechos humanos.

Como profesionales del Trabajo Social, nos encontramos en primera línea del acompañamiento y defensa de las personas refugiadas y migrantes. Nuestro compromiso ético nos obliga a denunciar las políticas que vulneran derechos, dificultan el acceso al asilo o fomentan discursos de odio, y a trabajar por una sociedad más justa, acogedora e inclusiva.

Desde el Colegio nos sumamos al llamamiento de entidades como Accem, que alertan del preocupante retroceso en las garantías de protección internacional, tanto a nivel europeo como estatal. El endurecimiento del acceso al procedimiento de asilo, el uso del concepto de “país seguro” como herramienta de expulsión o los efectos del nuevo reglamento de extranjería están dejando a muchas personas en situaciones de gran vulnerabilidad y exclusión.

Asimismo, denunciamos el creciente número de muertes en rutas migratorias (más de 8.900 personas solo en 2024, según la OIM) como resultado directo de la falta de vías legales y seguras, de la externalización de fronteras y de la criminalización de quienes migran.

En este día, no podemos mirar hacia otro lado ante el genocidio en Gaza. Como Colegio profesional comprometido con la defensa de los derechos humanos, nos unimos a quienes exigen el fin inmediato de la ofensiva militar, el acceso sin restricciones de la ayuda humanitaria y el cumplimiento de la legalidad internacional. Igualmente, expresamos nuestra solidaridad con el pueblo ucraniano, que continúa enfrentando las consecuencias devastadoras de una guerra que ha forzado a millones de personas a huir en busca de refugio y seguridad. La paz, el diálogo y la justicia deben ser el único camino.

Reivindicamos, hoy y siempre, el papel del Trabajo Social en la defensa activa del derecho de asilo, el acompañamiento a las personas refugiadas y el impulso de políticas públicas centradas en la dignidad, la equidad y la protección. Porque nuestro compromiso no es solo profesional, sino profundamente humano.
Desde el Colegio Profesional de Trabajo Social de Cádiz, seguiremos generando red, promoviendo el trabajo coordinado con entidades sociales y fortaleciendo nuestra voz colectiva para construir un presente y un futuro más justo. Porque ningún ser humano es ilegal, y todas las vidas importan.