Día mundial de la salud, 7 de abril.
Desde 1950, celebramos el Día Mundial de la Salud con un tema específico a fin de destacar un área prioritaria de interés para la OMS. Este 2024 el lema es “Mi salud, mi derecho”.
Según el Consejo de la OMS sobre los Aspectos Económicos de la Salud para todos y todas, al menos 140 países reconocen la salud como un derecho humano en su constitución. Sin embargo, ninguno de ellos promulga ni aplica leyes que garanticen a sus poblaciones el derecho a acceder a los servicios de salud. Ello explica que al menos 4500 millones de personas —más de la mitad de la población mundial — no estuvieran plenamente cubiertas por servicios de salud esenciales en 2021.
Ante este desafío de ausencia de derechos y servicios, el lema “Mi salud, mi derecho” reclama su cobertura y defensa del derecho de todas las personas, dondequiera que estén, a tener acceso a servicios de salud, a educación y a información de calidad, así como a agua potable, aire limpio, buena alimentación, vivienda de calidad, condiciones laborales y ambientales decentes, y a no ser discriminadas.
Como profesionales del Trabajo Social, disponemos de funciones imprescindibles en el Sistema Sanitario Público de Salud como:
1. Incorporar la perspectiva social.
2. Identificar los factores y situaciones de riesgo social relacionados con la salud.
3. Realizar el estudio y elaborar el plan de intervención social que complete la atención integral del proceso de salud-enfermedad como parte del trabajo en equipo.
4. Participar en la elaboración, desarrollo, implantación y evaluación de los procesos asistenciales, así como en los programas de salud y la cartera de servicios, aportando la dimensión social.
5. Proporcionar orientación, apoyo psicosocial y asesoramiento a la persona enferma, a la familia y a la comunidad.
6. Promover la utilización adecuada de los recursos del Sistema de Salud tanto en su gestión como en la cooperación con otros sistemas asistenciales, con el fin de garantizar la continuidad de cuidados y la sostenibilidad de los recursos públicos.
7. Fomentar la participación de profesionales de salud en actividades comunitarias que corresponsabilizan a la ciudadanía en la creación de entornos más saludables.
8. Facilitar la comunicación y coordinación con el Sistema de Servicios Sociales y con otros sistemas que garanticen una atención integral, evitando la prestación de servicios inconexos.
9. Participar y fomentar actividades de promoción y prevención de la salud, dirigidas a individuos, familias y comunidad, así como a colectivos específicos por causa de enfermedad o exclusión social.
10. Participar en los planes de formación continuada, de la formación pregrado y posgrado, así como diseñar y colaborar en proyectos de investigación relativos a la salud y factores psicosociales.
11. Registrar la actividad realizada y emitir cuando sea preciso el correspondiente informe social.
Por todo lo anterior, somos profesionales imprescindibles en la incorporación de la dimensión social y en seguir trabajando para que el sistema sanitario público sea universal, igualitario, gratuito, que disponga de una inversión más que suficiente, con profesionales que cubran adecuadamente los servicios.
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