Día Mundial de la Salud 2025: Priorizar la salud y el bienestar de las mujeres y la salud neonatal.
Cada 7 de abril, el mundo conmemora el Día Mundial de la Salud, y en 2025 la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone el foco en una problemática urgente: garantizar la salud materna y neonatal con el lema “Comienzos saludables, futuros esperanzadores”. La campaña busca prevenir las muertes de mujeres durante el embarazo y el parto (más de 300.000 al año) y de recién nacidos/as (más de dos millones anuales), asegurando una atención de calidad antes, durante y después del parto.
Según las estimaciones de la OMS, cada siete segundos ocurre una muerte materna o neonatal prevenible en el mundo. Alrededor de dos millones de recién nacidos/as fallecen en su primer mes de vida y otros dos millones nacen muertos. Estas cifras alarmantes reflejan la necesidad de un compromiso global para fortalecer los sistemas de salud y garantizar que ninguna mujer ni bebé muera por causas evitables.
La perspectiva de género es clave en la revisión de las políticas sociales y sanitarias a nivel mundial. Es imprescindible que la salud de las mujeres deje de estar en un segundo plano y se convierta en una prioridad. Esto implica mejorar la atención prenatal, garantizar partos seguros, proteger a los recién nacidos y fortalecer las medidas de salud posnatal. También es fundamental garantizar un acceso universal, público y de calidad a los servicios de salud para reducir la desigualdad en la atención sanitaria.
El papel de los profesionales del Trabajo Social es fundamental en este proceso. Desde el Sistema Sanitario Público, nuestra labor permite identificar y evaluar los factores sociales que influyen en la salud, intervenir en problemas cotidianos y colaborar en programas de promoción y prevención. En el Tercer Sector, trabajamos por la equidad y el cambio social, ofreciendo servicios, gestiones y recursos especializados.
Este Día Mundial de la Salud nos recuerda la urgencia de actuar. Priorizar la salud de las mujeres, la salud materna y neonatal es invertir en el futuro, garantizando una salud con perspectiva de género, que cada embarazo y parto sean seguros y que existan condiciones sanitarias y sociales de calidad para recién nacidos/as. El compromiso global debe traducirse en políticas efectivas y en un acceso equitativo a la salud.
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