8M, Día internacional de la mujer
Conmemoramos el Día internacional de la mujer recordando los orígenes de este día y adhiriéndonos al manifiesto elaborado por el Consejo General del Trabajo Social donde se exponen las propuestas profesionales en torno a los derechos y visibilidad de las mujeres.
El Día internacional de la mujer trabajadora comenzó a conmemorarse a raíz de la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague en 1910. Esta conferencia pretendía además mostrar apoyo a la huelga que las trabajadoras textiles llevaron a cabo en Nueva York en 1908 –una huelga que, junto con la de 1857, pasarían a la historia- y reivindicar los derechos de las mujeres.
Además, el 8 de marzo de 1910, se aprobó el Real Decreto que permitió a las españolas matricularse en las universidades en igualdad de condiciones con los varones. Esta fue de las primeras victorias y un hito para las mujeres en materia de igualdad y educación.
El 8M como día internacional de la mujer fue adoptado por la Asamblea General de la ONU en 1977, aunque dos años antes ya lo había empezado a conmemorar como “Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional”.
Son muchos años de historia y activismo en torno a los derechos de las mujeres, con más participación en los últimos años gracias a los esfuerzos del movimiento feminista por mantener bien presente la Agenda feminista y la eliminación de la opresión por sexo de su sujeto político, las mujeres.
Por nuestra parte, como corporación de derecho público que visibiliza y defiende la profesión del Trabajo Social y sus profesionales, formado en un 86% por mujeres, y atendiendo al Manifiesto del Consejo General al que nos adherimos exponemos lo siguiente.
El Trabajo Social pone encima de la mesa que las desigualdades y las injusticias sociales deben ser abordadas por parte de los Estados, promoviendo políticas justas y garantizando el acceso a los recursos en igualdad de condiciones. Por otra parte, el trabajo social insta a la creación de tejido social a través de grupos,
comunidades y agrupaciones de la sociedad civil para restablecer situaciones de desigualdad, creando espacios comunes que reivindiquen derechos y oportunidades
De esta forma, enlazamos nuestras reivindicaciones a las acciones que propone UNWOMEN en la campaña de este año “Invertir en mujeres, acelerar el progreso”. Además, se propone lo siguiente:
Poner fin a la pobreza
- Según los últimos datos del INE, la tasa del riesgo de pobreza para las mujeres es del 21,1%. Por otra parte, los datos del 4T de 2023, la tasa de desempleo de las mujeres en España es del 13,36%, 3 puntos más que los hombres.
- Según EAPN, hay 5,27 millones de mujeres en riesgo de pobreza.
- Es necesario continuar creando recursos específicos para mujeres.
- Continúa siendo necesario que la identificación de necesidades, las políticas y la financiación tengan perspectiva de género. Para paliar las situaciones de pobreza, es necesario dotar de recursos los servicios públicos de atención social.
- Lo que pasa aquí, afecta allí: es necesario tener una visión global de las problemáticas sociales que afectan a todas las personas, especialmente a las mujeres.
- LAS SITUACIONES DE POBREZA TAMBIÉN SON VIOLENCIA.
Invertir en mujeres como una cuestión de derechos humanos.
- La inversión en cuestiones que tienen que ver con las mujeres beneficia a todas las personas.
- No solo es necesario que las mujeres estén en puestos de responsabilidad y de dirección, también es necesario que la perspectiva de género atraviese la ejecución de las políticas y de las decisiones.
- El trabajo social es la disciplina y la ciencia que garantiza el acceso a recursos en igualdad de condiciones. Dotar de recursos a los servicios públicos de atención social y a los servicios públicos en general significa invertir en Derechos Humanos.
- NO INVERTIR EN MUJERES Y NO TENER EN CUENTA SUS NECESIDADES TAMBIÉN ES VIOLENCIA.
Poner en marcha una financiación transformadora con perspectiva de género
- Reclamamos que no solo se invierta en las mujeres, si no que la financiación en la ejecución de las políticas públicas tenga perspectiva de género.
- Desde el Consejo General del Trabajo Social se reclama la inclusión de la perspectiva de género en los planes de financiación, tanto en el ámbito público como en el privado.
- NO TENER EN CUENTA LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LAS POLÍTICAS PÚBLICAS Y EN LA FINANCIACIÓN, TAMBIÉN ES VIOLENCIA.
El cambio hacia una economía verde y una sociedad de cuidados.
- Es necesario poner en valor modelos políticos, de convivencia y de sociedad que pongan en el centro a la comunidad y a las personas, haciendo especial hincapié en NO DEJAR A NADIE ATRÁS y que se centre en la intersección de las diferentes
situaciones de opresión que viven mujeres y niñas, y poniendo en valor alternativas de gestión colectiva y comunitaria. - Es necesario que la acción comunitaria sea abordada desde la pertenencia, desde los grupos locales, desde los barrios, las calles y las plazas. Ha de ser transformadora y adaptada al contexto y a la población, y teniendo especialmente en cuenta a los grupos en situaciones especialmente vulnerables.
- Es necesario que en las políticas que van hacia una economía verde y hacia una sociedad del cuidado se tenga en cuenta la ecodependencia y la interdependencia para caminar hacia la justicia ecosocial.
- PROMOVER MODELOS QUE NO TENGAN EN CUENTA A TODAS LAS PERSONAS, TAMBIÉN ES VIOLENCIA.
Apoyar a las feministas y los movimientos feministas que impulsan el cambio.
- Los movimientos y las personas que abogan por un mundo más justo e igualitario necesitan el apoyo de la sociedad civil y de los organismos públicos y privados para impulsar el cambio.
- Es necesario continuar trabajando en la voz colectiva de la sociedad civil en relación al feminismo, poniendo en valor la lucha de las mujeres y haciendo frente a quienes tratan de negar, de silenciar y de extinguir el movimiento feminista.
- Reclamamos que desde el ámbito público se apoye a las organizaciones y los movimientos que trabajan casi sin recursos por la justicia social.
- IGNORAR, CANCELAR, NEGAR Y SILENCIAR LA LUCHA DE LAS MUJERES, TAMBIÉN ES VIOLENCIA.
Accede al Manifiesto completo del Consejo General del Trabajo Social.
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