17 de octubre, Día Internacional para la erradicación de la pobreza.

Actualmente, más de 1300 millones de personas siguen viviendo en la pobreza multidimensional, y casi la mitad de ellas son niños, niñas y jóvenes.

Con este lema, la Organización de las Naciones Unidas pone sobre la mesa el concepto de dignidad, no como concepto abstracto, sino tangible, ya que la pobreza y la desigualdad son evitables.

La desigualdad de oportunidades y de ingresos aumentan bruscamente y, cada año, la brecha entre personas ricas y pobres se hace más grande. En el último año, tal y como refiere la ONU, mientras millones de personas luchan contra la erosión de los derechos de los trabajadores/as y la calidad del empleo, el poder empresarial y la riqueza de la clase multimillonaria han registrado un aumento sin precedentes. La falta de medidas para equilibrar la situación global hace aumentar la brecha y perpetuar la pobreza.

La emergencia Covid19, la crisis climática empeora la situación, además de sumarse la crisis energética y de suministros.

Como profesionales no podemos quedarnos impasibles, y aunque nos encontremos en el trabajo de base y en ocasiones nos veamos incapaces de poder cambiar grandes estructuras, la cooperación, la participación, el dinamismo y la motivación profesional son claves para el cambio junto a más profesionales y ciudadanía. La reflexión crítica y ética, además, nos hace mejores profesionales, porque nuestra profesión es política y se encuentra ligada a ella.