10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define salud mental como: “Un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es
capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

La Confederación de Salud Mental España, como en años anteriores, ha tomado también la temática de referencia internacional de la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH): el bienestar y la salud mental de todas las personas como una prioridad global.

Sin embargo, la Confederación ha querido focalizar la propuesta este año en la infancia, la adolescencia y la juventud, colectivos cuya salud mental es más vulnerable y que requieren de mayores esfuerzos.

Tal y como relata la propia Confederación “La salud mental infanto-juvenil es una de las principales asignaturas pendientes de la sanidad española que es urgente mejorar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo, una de cada siete personas jóvenes de 10 a 19 años padece algún trastorno mental. El objetivo del lema, de la identidad visual y de las acciones que se realizarán por el Día Mundial de la Salud Mental 2022 es interpelar e involucrar en el cuidado y la protección de la salud mental desde la primera infancia, no solo a instituciones y agentes decisores, sino también a jóvenes y adolescentes, así como a familias con niñas y niños, y a las comunidades educativas, para que presten atención a la salud mental y le otorguen la importancia que tiene en la vida de las personas, prácticamente desde que nacen.”

Como profesionales del Trabajo Social, y como profesión incluída en la Atención primaria del Sistema Público de Salud, en Urgencias y Salud Mental, observamos la necesidad de incorporar a profesionales como recursos para mejorar la atención y la salud mental de individuos, pero también a grupos fomentando la salud mental comunitaria. La coordinación, el trabajo multidisciplinar, el diagnóstico social, y la aplicación de las herramientas de la profesión dirigida a la salud mental de menores, jóvenes, personas adultas, mayores y grupos se hace más que necesaria hoy, en un momento en el que la ansiedad, el estrés o la depresión son el día a día.

Hoy volvemos a visibilizar la salud mental y a ponerla sobre la mesa para que sea accesible a todos y todas de una forma real, eficaz y práctica con recursos públicos suficientes.